Imágenes de Portoviejo

miércoles, 15 de diciembre de 2010

PANADERÍA SAN EDUARDO

El pan nuestro de cada tarde...
aroma la calle Bolívar

 La panadería fue fundada por don Hermógenes Vélez, 
ahora continuan el negocio su esposa y sus hijos
Cada tarde, desde hace 47 años, el sugestivo aroma del pan hornándose envuelve los portales, los balcones y la cuadra de la calle Bolívar entre Espejo y Juan Montalvo.
El aroma noble del pan es como una invitación que nos conduce hasta la panadería San Eduardo, quizá la única que elabora panes de manera tradicional.


“Aquí nada ha cambiado. Todo es exactamente como hace 47 años”, asegura Asunción Gómez viuda de Vélez, quien a sus 77 años administra la panadería desde hace cinco, cuando falleció su esposo, don Hermógenes Vélez, con quien fundó el negocio familiar.
Cuenta la señora que su esposo construyó la panadería en la calle Bolívar luego de varios años arrendando locales. En la actualidad trabajan con ella sus dos hijos y un sobrino de su extinto esposo.


En el negocio de la panadería acompañan a doña Asunción sus dos hijos, 
uno es economista y el otro actor cómico
Horno de leña
Doña Asunción no está segura si la panadería San Eduardo es la más antigua Portoviejo, pero sí cree que es la única en la ciudad que todavía utiliza y trabaja con el tradicional horno de leña.
La diferencia entre el horno de leña y el horno de gas, es que el primero tiene la ventaja de conservar el calor y sigue horneando sin necesidad de seguir utilizando leña. Por ejemplo, dijo, es que si se termina de hornear el pan se puede dejar una pierna horneando hasta el día siguiente sin necesidad de quemar más leña.
La leña es importante, tiene que ser de algarrobo porque arde más, da mayor calor y la brasa demora más en extinguirse.
Los panes que se elaboran son de dulce, empastados, enrollados, de sal, para hamburguesa, para hotdog, roscas, hasta tostadas de chicharrón.
Los principales bares de la ciudad demandan de la panadería San Eduardo gran cantidad de panes para hotdog y hamburguesas; además el local tiene fieles clientes desde hace décadas.

Panadero y actor cómico
Carlos Walter Vélez Gómez (45) siguió el oficio de sus padres, Hermógenes y Asunción. Pero esto no lo limitó para desarrollar una segunda actividad: el oficio de hacer reír.
“Aquí nací, entre panes”, declara; aunque “toda mi vida, desde que era pequeño, me ha gustado pintarme la cara. Ser payaso es un gran honor, porque es muy difícil hacer reír a la gente. Me gusta ser payaso para hacer reír a tantos niños que hay en la calle sufriendo”.
“Bombita” es el nombre artístico de Carlos Vélez en su labor como actor cómico, a la que se dedica desde hace seis años. Actualmente lo acompaña su hija, “Campanita”, con quien ganó hace poco una mención de honor por su actividad.
Como panificador, dice, “saco masa, rollo, contrarrollo, hago pan, le ayudo a mi mamá a hornear, a limpiar las latas”. Luego de terminar esta labor en la panadería, Carlos Walter Vélez comienza a pintar en su rostro al payaso Bombita y lleva a las fiestas o a cualquier esquina la alegría y las risas, mientras que en la calle Bolívar sigue aromando el pan de la tarde, al igual que hace cuatro décadas.

No hay comentarios: